Repercusión por la prisión perpetua a Solalinde: “Un día histórico para Villa Mercedes, por primera vez se hizo justicia”

Todas las audiencias, una bandera con la inscripción “Justicia por Johana” adornó las escalinatas internas del Poder Judicial de Villa Mercedes. Desde cometido el crimen, integrantes de la colectiva feminista Aquelarre visibilizaron el caso en movilizaciones y reclamos en las calles, y por eso estuvieron durante el debate oral.

Cuando este martes se conoció la condena de prisión perpetua contra Juan Carlos Solalinde por el femicidio de Johana Galdeano, hubo un pronunciamiento. “Por primera vez los feminismos decimos que hay justicia en Villa Mercedes”, transmitieron en un video que compartieron por las redes sociales.

Expusieron que la sentencia “es un mensaje contra la impunidad de quienes encuentran protección e impunidad en el poder”.

También acompañaron en estos días del debate oral representantes de la Dirección Integral Mujer, Género y Diversidad del Gobierno y de la subsecretaría de Mujer de Villa Mercedes.

Solalinde fue jefe del Programa Relaciones Laborales en 2018 cuando el gobernador era Alberto Rodríguez Saá, y secretario gremial de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (Uocra) en Villa Mercedes. También congresal nacional de este sindicato.

En el juicio se develaron no solo detalles más escalofriantes del sufrimiento de una mujer, sino el comportamiento de un hombre que se aprovechaba de “los contactos” que tenía en el poder, y que llevaba en la cintura siempre un arma de fuego.

Muchos de sus allegados reconocieron en el debate oral que sí andaba armado. La defensa lo justificó diciendo que estaba en el gremio “más pesado” que tiene la Argentina, y que recibía amenazas de personas que “pedían por trabajo”.

Las personas más cercanas a Johana expusieron lo que vieron en salidas nocturnas con el sindicalista. Siempre estaba acompañado por sus custodios (a los que llamaba ‘Los Perros’), podía llegar a “desalojar un boliche” para pegarle a los hombres que “miraban a Johana”, le gustaba “hacer disparos al aire”, y llevaba armas “en la camioneta”. Presenciaron esas agresiones y dieron los detalles. “Con el ‘Cuqui’ Solalinde no se mete nadie”, lo escucharon decir muchas veces. Por celos “tiroteó” una casa y llegó a amenazar a los amigos que “aconsejaban” a la mujer que lo dejara y lo denunciara. Tenía un amigo policía que fue muy nombrado en la causa.

Este martes, Galdys Soria revivió los golpes que el ahora condenado le dio a su hija. Y también la última vez que la vio: “Escuché cuando ella le decía a él ‘¿me estás amenazando? Después se fue y no volvió más”.

El 26 de mayo de 2021 la víctima fue hasta la casa de Solalinde (ubicada sobre Sarmiento al 800), porque quería hablarle. Ya habían cortado la relación, y él había regresado a la casa de su esposa, pero estaba celoso. Johana intentaba comenzar de nuevo, pero apagaron su vida. La amenazó.

Ese mismo día le mandó un mensaje: “Hoy estoy dispuesto a todo”.

-“¿Ya venís?”. Fue uno de los mensajes que le puso ese día, con ansiedad. Y después: “Para qué decís que vas a venir”. También que le dejaba “el camino libre” para estar con otro hombre, pero no era cierto.

En el umbral del portón la esperó con un revólver 357 Mágnum y le disparó tres veces, hasta derrumbarla. Después la arrastró hasta el interior y le dio otros dos disparos. Uno le ingresó en la mejilla derecha y le fracturó el maxilar.

Después cerró el portón, fue hasta la cocina, sacó un cuchillo serrucho y se lo plantó en la mano derecha para simular una escena a su favor. Después llamó a un policía amigo, después al abogado y se entregó en la Comisaría 8°.

La defensa planteó que actuó bajo emoción violenta por exceso en la legítima defensa (porque Johana se presentó con un cuchillo en su vivienda), entendiendo que existieron causales que alteraron la voluntad del acusado para cometer el crimen. Además introdujeron que él “fue víctima de violencia” y estaba sometido por ella.

“Este fue el remedio a la situación, un revólver calibre 357 Mágnum. Con esto esperó a la madre de su hijo”, fue contundente el fiscal de Juicio, Ernesto Lutens que tiró por tierra la teoría que se intentó para quitarle años de cárcel al imputado.

El Tribunal integrado por Daniela Estrada, Mauro D’Agata Henríquez  y Sebastián Cadelago Filippi lo encontraron culpable del delito de homicidio doblemente calificado por haber mantenido una relación de pareja y por violencia de género, en los términos de los Arts. 80 Incisos 1 y 11 y Art. 45 del Código Penal Argentino. Y lo condenaron a la pena de prisión perpetua que deberá cumplir en el Servicio Penitenciario Provincial.